La larga tradición de la auténtica salsa de soja
En un principio, la salsa de soja no tenía tanto que ver con el sabor. Los pueblos de Oriente y Occidente buscaron durante siglos mejores formas de conservar los alimentos, descubriendo a través de la experiencia que la sal no solo los conservaba, sino que también mejoraba su sabor.
En la antigua China, los alimentos conservados y sus condimentos se conocían como jiang, posiblemente el precursor de lo que hoy conocemos como salsa de soja.
Se elaboraban distintos tipos de jiang a partir de carne, marisco, verduras y granos. De estos ingredientes, el grano era el más fácil de conseguir y manejar, por lo que el proceso de elaboración del jiang a partir de soja y trigo se desarrolló rápidamente.
El proceso de elaboración de este “jiang de grano” acabó extendiéndose de China a Japón y otros países vecinos. Se cree que la salsa de soja actual tiene su origen en este condimento.
Tras su introducción en Japón, el desarrollo y la elaboración del jiang dieron un giro distintivo. A mediados del siglo XVII, el proceso de producción de salsa de soja elaborada de manera natural se había establecido y comenzó a extenderse por todo el país.
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