¿Qué tal algo refrescante?
11. julio 2023

¿Qué tal… una sopa?
¡Hemos creado una nueva colección de recetas de sopas frías para ti!

¿Sopas frías? Pues sí. Aunque las sopas son más comúnmente conocidas como platos calientes en las regiones del centro y norte de Europa, el gazpacho nació hace siglos en España y Portugal: una sopa fría que originalmente no era más que una combinación de restos de pan duro, agua, aceite y vinagre, con un poco de cebolla y ajo. Una comida típica de la clase baja que toda familia podía permitirse.
No fue hasta el siglo XVI que los tomates y los pimientos se abrieron paso en la cocina mediterránea, y hoy en día son los ingredientes principales del gazpacho. Una comida que, en principio se relacionaba con familias de escasos recursos, pero que se ha convertido a lo largo de los siglos en un verdadero clásico de la cocina española y portuguesa, adaptado en todo el mundo y en constante evolución.

¿Cómo se come la sopa fría en Europa?
Pero además del internacionalmente conocido gazpacho, existen otras variantes, muchas de ellas originarias de Europa. ¿Curiosidad por saber cuáles son?
En Turquía, por ejemplo, son muy populares las sopas de pepino y yogur. Parecidas al gazpacho, estas sopas se consumen desde hace siglos y siguen gustando hasta el día de hoy.
Además de la típica mezcla de pepino y yogur, la sopa suele condimentarse con mucho ajo y se le añade agua o leche para darle una textura más fina.

El origen de las sopas a base de pepino en Europa se remonta probablemente a romanos y griegos, pero en realidad se consumen en todo el mundo, más en países cálidos que en otros. En Rusia, las sopas saladas son especialmente populares. ¿Ha oído hablar alguna vez del borsch? Lo puede encontrar tanto como plato caliente como plato frío.
La sopa fría de remolacha y acelga se conoce como sopa de kéfir de remolacha, como Šaltibarščiai en Lituania o como Chłodnik en Polonia; en general, está muy extendida en Europa del Este. Es rica en vitaminas y tiene un sabor ligeramente ácido, pero refrescante. El sabor agrio procede de la acelga, una hoja muy parecida a las espinacas. Incluso en Grecia e Italia, la acelga se utilizaba para añadir algo de ligereza a los platos pesados.
Hoy en día, las recetas típicas de borsch contienen huevos y zumo de limón. La base de la sopa de remolacha se sirve con suero de leche, yogur o nata agria, según se desee, y se termina con rábanos, cebollino, pepino y eneldo finamente picados. Un plato ligero perfecto para los cálidos días de verano.
¿La prefiere más afrutada?

En Europa Central, especialmente en Hungría y Rumanía, las sopas de frutas son un éxito rotundo. Como parte de la cocina tradicional, estas se hierven primero y luego se enfrían. Es similar a una compota.
La sopa de cerezas es la variante más popular, pero hoy en día no hay límites a la variedad, así que se pueden hacer unas sopas muy buenas con frutas de hueso como melocotones, ciruelas, y a veces incluso manzanas y peras.
El azúcar se utiliza poco o nada para que el sabor de la fruta se aprecie plenamente. Se añaden especias con diversas combinaciones de canela, vainilla o clavo y, a menudo, zumo de limón al gusto. La sopa puede diluirse con agua o vino, y añadir nata agria después de que se haya enfriado. Este tipo de plato es especialmente popular como aperitivo o tentempié.
¡Que llegue el verano!

¿Conoce ya las sopas frías? Si no es así, nuestras nuevas recetas son la oportunidad perfecta para hacerlo. Pruebe el clásico gazpacho con sandía para una dosis extra de verano. ¿O prefiere algo más afrutado? No hay problema, ¡tenemos ideas para todos los gustos!
Sirva las sopas frías como entrante ligero o deléitese con una ración grande como comida principal; en cualquier caso, son fáciles de preparar. Todo lo que necesita es una batidora o una licuadora de mano y, por supuesto, nuestras salsas de soja, ¡para ese toque extra de umami!